Caramelo viste a la mujer con prendas sencillas, cómodas, de líneas rectas pero con un toque de alta sofisticación. Prendas que se extraen del armario de una lady de los años 50, una protagonista de una película de Hitchcock o del vestidor de una Primera Dama americana.
La feminidad corre a cuenta de grandes lazos que ajustan las prendas a la cintura y de los tonos pastel con pequeñas pinceladas de colores vivos como el azul cielo.
Como complementos se recurre a la piel aterciopelada con un tacto delicado y suave. Dos colores son clave: beige y rosa palo, que únicamente pactan con el dorado en pequeños detalles como remaches o hebillas.
Porque el estilo jamás pasa de moda, Caramelo recupera con acierto la elegancia del pasado para vestir a la mujer del presente.
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