viernes, 23 de julio de 2010

¿Ser moderno o seguir la moda? por MIGUEL RINCÓN

Es la pregunta que debe hacerse todo profesional. Seguir la moda es una opción, pero no la única, es quizás el camino más fácil: trasladamos al salón todas las tendencias de cada temporada, calcamos los cortes y peinados, aún corriendo el riesgo de disfrazar a nuestras clientas, (nosotros ya lo estamos, disfrazados, digo, faltaría más, somos modernísimos), y éxito garantizado, todos pareciéndonos a todos, renunciando a lo más preciado que tenemos, la individualidad. Esta es precisamente, entre otras, una de las claves de la modernidad: tener en cuenta que cada persona es diferente y necesita soluciones diferentes, es por esto que un profesional con estilo propio, personalidad fuerte, carisma y capacidad para distinguir la singularidad es alguien que en principio y sobre todo, se conoce muy bien, sabe lo que quiere, alguien que no sigue las tendencias como si de una religión se tratase, es el director del salón, al día de todas la novedades, quien selecciona aquello que entiende como moderno, lo que perdura en el tiempo siguiendo su propia evolución con una única meta: embellecer respetando la personalidad y el estilo de vida de cada persona en busca de una buena imagen sin renunciar a ser uno mismo.


Hay un ejemplo muy sencillo, hoy en día, los muebles más modernos que se fabrican se diseñaron hace varias décadas, sin embargo, sobreviven en el tiempo porque tienen eso que hace que sólo una buena pieza perdure. Reflejan el estilo de vida de quien los compra, muchos otros diseños quedaron en el olvido, pero estos cada día son más bellos, son prácticos y armónicos, forman parte de forma natural del entorno de cada uno de sus dueños.


En la peluquería pasa exactamente lo mismo, ya no nos preguntamos ¿qué es lo último en las pasarelas de todo el mundo?, la pregunta es otra, ¿cómo evoluciona el estilo? Porque no llevar un BOB, creado en Inglaterra en los años sesenta por el fundador de la peluquería moderna, Vidal Sasson, ¿Por qué no llevar una melena de formas suaves y corte desfilado, de absoluta actualidad, que Jacques Dessange puso de moda en Paris, llamándose en aquel momento a ese estilo indemodable y que sigue siendo uno de los estilos mas elegantes y favorecedores?, o largas melenas lisas de tiempos hippie, en los que la reivindicación de la libertad era la máxima a seguir.


No se ha inventado nada mejor, tan sólo se ha mejorado en calidad de trabajo, en información, en productos, en cuidar la salud en general, en vivir de acuerdo a nuestros principios. Todo esto se refleja en el aspecto exterior y ese es precisamente el trabajo a seguir, potenciar la propia personalidad, sentirse seguro de que la imagen que se transmite es la real.

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