viernes, 2 de julio de 2010

"Ante la duda, un traje de chaqueta"


Se desmaquilla con toallitas, no tiene ni idea de lo que pesa, le apasionan los pañuelos y es difícil verla con tacones de más de cuatro centímetros. A la peluquería sólo va para cortarse el pelo, ella misma se pinta las uñas de las manos y de los pies, de momento no se deja seducir por el botox y en su armario, lejos de ser un gran vestidor, guarda varios trajes de su diseñador favorito, el cántabro Luis Alonso y muchas prendas de Zara y de Mango. La primera dama de Cantabria, Aurora Díaz, es una mujer sencilla que ha decidido no complicarse la vida ni el ropero por el cargo de su marido, Miguel Ángel Revilla, así que con una elegancia que mejora con los años, cree que el éxito reside en saber combinar. Y cuando tiene dudas, un traje de chaqueta se las soluciona. «Es la forma más segura de ir siempre bien».

Su agenda de actos es un continuo vete y ven. Trabaja en la sede del PRC (calle Amós de Escalante, 2, en Santander), y rara es la semana en la que no tiene que asistir a alguna presentación. Sabe que tiene que estar preparada para cualquier ocasión. Una de los últimas galas a las que ha asistido fue a la de los Premios de la Televisión. «No sabía qué ponerme y al final me decanté por un vestido negro de cóctel con el que iba la mar de guapa», comenta orgullosa.

Su prenda favorita es «un abrigo granate estampado que, hace ya unos años, encontré echando un vistazo en el taller de Luis Alonso. Le pedí que me hiciera un vestido granate a juego. Cuando me pongo este conjunto me dicen que es precioso». Precisamente este modelo fue el que lució en noviembre de 2007 en el Parlamento regional cuando Miguel Ángel Revilla volvió a tomar posesión de su cargo como presidente. El abrigo también se lo puso en 2006 cuando asistió, junto a su marido, al desfile militar y a la posterior recepción que dieron los Reyes el Día del Pilar. «Como no engordo, tengo ropa que me pongo desde hace seis o siete años», explica contenta. No sabe lo que pesa porque «desde que se acabaron las pilas del peso que tengo en casa no he vuelto a subirme a una báscula, pero sé que sigo como siempre porque la ropa me sigue quedando igual».

La crisis no le afecta directamente. «Los que tenemos trabajo somos unos privilegiados, pero veo a tanta gente que lo está pasando mal que termino sufriendo», explica con gesto compungido. «Muchos cántabros que no pueden hablar con el presidente ni con la vicepresidenta vienen a verme a mí, y yo no puedo hacer más que escuchar sus problemas...». Aurora Díaz comenta que a su marido le ocurre lo mismo con algunos temas. Con todas las noticias que se han generado en torno a la llegada del AVE a Cantabria «vive como si estuviera esperando el veredicto de una enfermedad. Lo está pasando francamente mal. Le veo muy triste.»

Le encantan los paraguas
El mal tiempo no le afecta especialmente al estado de ánimo y si llueve aprovecha para lucir sus paraguas. «Me encantan. Este negro de lunares blancos es precioso. Me costó 80 euros...». Pero Aurora Díaz no suele gastarse mucho en ropa y complementos. «Como cualquier mujer aprovecho las rebajas y tengo muchas cosas de Zara o de Mango». De hecho, la falda que lleva es la cadena de Amancio Ortega, «y tiene tantos años que ni me acuerdo de cuándo la compré». Encima luce un abrigo de shantú que le confeccionó Luis Alonso. Para la sesión de fotos, el modisto le sugiere que se ponga un cinturón negro ancho para marcar cintura. «Tiene un cuerpo fantástico y una piel maravillosa –comenta Alonso–, pero lo mejor que tiene esta mujer es que es una gran persona y eso se ve en cuanto la conoces». Aurora le escucha orgullosa y comenta que «siempre se preocupa de que todos los que estén a su alrededor estén bien».

Pilates y pocos dulces
Y ella, para estarlo, al menos físicamente, ha empezado a ir a clases de Pilates. «Los que trabajamos delante de un ordenador terminamos con la espalda muy mal, así que me aconsejaron que empezara a ir al gimnasio. Voy a clases en Astillero los lunes y los miércoles a última hora de la tarde y estoy encantada». Con la comida no tiene problemas porque «no me gustan los dulces y cocino con muy poco aceite y casi nada de sal».
Tacón suele utilizar el justo. «Ante todo comodidad. Nada de zapatos de punta ni esas cosas». Explica que no tiene muchos pares, «tres o cuatro de invierno y otros tantos para el verano, pero les gasto muchísimo». Lo que no se pone son pieles. «No me gustan. Sólo tengo un abrigo de piel vuelta y me lo pongo muy poco». Tampoco suele frecuentar centros de belleza, «lo justo. Para cortarme el pelo y peinarme en ocasiones puntuales. Tengo muy buen pelo, muy manejable y muy liso. así que me lavo la cabeza tres veces a la semana y yo misma me peino», dice moviendo la melena con soltura.

De botox, nada de nada
También se automaquilla y le gusta resaltar sus ojos con lápiz negro. «Mi madre siempre me ha dicho que tengo muchas ojeras, ¡pero qué voy a hacerle. No suelo echarme corrector porque me cambia mucho la mirada. En las fotos de la Comunión de Lara, le retocaron un poco la ojera y la veo rarísima». Y del botox, de momento, no quiere saber nada. «Me han dicho que tengo el entrecejo muy marcado, pero me da miedo perder la expresión».
Aurora Díaz tampoco es muy amiga de ir a hacerse las uñas fuera de casa: «Me las pinto yo misma. Las de las manos y las de los pies», dice quitándose el zapato. Y en cuanto a perfumes lo tiene clarísimo. «Colonias frescas para el día y un poco más fuertes para la noche. A diario suelo echarme ‘Quizás Quizás’, de Loewe, porque es muy agradable».

Después de autoanalizar su armario y sus gustos se da cuenta

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